Vivimos tiempos complicados: la economía y sus enrevesados tentáculos nos persigue como una sombra y la incertidumbre sobre el futuro está a la orden del día. Sin buscarlo ni proponérnoslo, nos encontramos en medio de un maremagnum de acontecimientos de los que no somos responsables, pero que nos castigan como si fuésemos los causantes directos de tanto desasosiego.
Pero aún así, cada día vuelve a salir el sol y, buenas noticias amigos y amigas, ¡el sol sale para todos!. Es un privilegio amanecer cada nuevo día siendo testigos y parte de la vida. Ver a nuestro alrededor y comprobar que el mundo no se detiene, que sigue su marcha impasible y que continuamos en él. Que las estaciones se suceden unas tras otra, que las madres se embarazan, los niños nacen y crecen, cumplimos años, hacemos la comunión, nos casamos y siguen naciendo niños... en una rueda infinita de vida.
Cada día nos ofrece una nueva oportunidad, aferrémonos a ella. Cualquier día es bueno para celebrar que somos, no déjemos de hacerlo. Así que sonrie y celebra, porque siempre hay algún motivo para hacerlo. Porque en tu vida cualquier día es de fiesta.
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